Mi nombre es Perla Corres, nací un 1 de febrero de 1995 en el municipio de San Pablo Huixtepec Oaxaca. Actualmente tengo 19 años y me encuentro cursando el segundo año de la licenciatura en educación preescolar en la Escuela Normal de Educación Preescolar de Oaxaca.

Muchas veces me han preguntado ¿por qué elegí esta carrera? ¿Desde cuándo nace la inquietud por la docencia?

La respuesta siempre es la misma:

Desde pequeña admiré a mis maestras y maestros, como tenían la paciencia de corregir mis errores y mostrarme la solución de cada problema, como me ayudaban cuando no entendía las cosas.

Cuando tenía 6 años, una practicante de la ENEPO, fue a mi jardín a realizar sus prácticas y me encariñé tanto con ella que cuando se iba a ir, le dije que de grande quería ser como ella, enseñar a los niños así como ella lo hacía, fue una de las mejores profesoras que conocí, había tanta paciencia y cariño en ella que desde entonces quise ser maestra.

Además de eso, uno de mis seres más queridos, mi abuelo, ejerció durante muchos años la docencia, y al observar con que esmero, cariño y sacrificios se dedicó a sus alumnos me hizo darme cuenta que yo también quería eso, quería ayudar a otras personas, a los niños a ser mejores, quiero contribuir en su desarrollo, para que en un futuro, sean seres sanos, en todos los sentidos, no quiero solamente enseñarles los conocimientos básicos, quiero formar seres pensantes por sí mismos, personas con valores, que a pesar de sus dificultades o problemas, tengan un desarrollo integro.

Al ingresar a la normal y tener mi primera jornada de observación, comencé a tener mis dudas y sobre todo mucho miedo, no sabía si en realidad esto era para mí, hubo un momento en que casi decido dejar esta carrera, no me sentía segura, tampoco capaz de hacerme responsable del desarrollo de tantos pequeños.

Pero afortunadamente, mis padres y hermano, que siempre han estado apoyándome, me motivaron para hacer mi mayor esfuerzo y no abandonar tan rápido, tan fácil lo que desde pequeña había soñado, gracias a ellos sigo aquí y con las experiencias que he tenido, me doy cuenta que sí vale la pena intentar un poco más y darlo todo por lo que uno quiere.

En este momento de mi vida estoy muy segura de lo que quiero, y claramente sé que donde estoy es el mejor lugar, desde aquí podré hacer algo por los demás, esforzándome por terminar mis estudios comenzará el verdadero reto, el verdadero anhelo, ayudar a los pequeños a desarrollarse plenamente, apoyar a sus familias y poder formar mejores personas.